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Lo mejor de tener un plan de viaje en mente, es que siempre vienen de la mano más ideas y al final, de un destino concreto que querías visitar, terminas visitando 3 o 4 más dentro de la misma zona.
Nunca sabes cuando vas a poder volver a ese lugar, con lo cual lo mejor es desplazarse por los alrededores en vez de quedarse un@ en un solo sitio. Al menos es lo que yo pienso porque pasarme mucho días en el mismo destino termina por aburrirme. ¡Movimiento!.
En esta escapada de semana santa 2014, mi idea era ir a Oporto y estar de dos a tres días … pero, ya que voy, le sugerí a mis compañeras de viaje aprovechar bien la escapada para ver todo lo que pudiésemos:
Oporto-Aveiro-Guimarães-Coimbra
En el último momento, introdujimos otro destino; Guimarães, uno de los lugares a los que me apetecía ir, por la buenas críticas y por recomendación. Me quedé con ganas de visitar Braga, muy próximo a Guimarães, y más después de ver Aveiro, que no me llenó del todo. El único atractivo turístico más llamativo que tiene es el paseo por los canales en los moliceiros, muy chulo pero para mi, totalmente prescindible.
" Vistas desde el B&B en la av.de los Aliados."
Hay mucho por ver y sin coche nos dijeron que era difícil que pudiésemos visitarlo bien (aunque el metro está genial para moverse) y, como también queríamos visitar las otras tres ciudades, no nos importó quedarnos por los alrededores del Puente Don Luis I.
Tras dejar las maletas en el B&B nos hicimos unos bocatas y nos dirigimos hacía la Catedral de la Sé (cerrada, por cierto) donde pudimos contemplar las vistas del río Duero. Visitamos una de las bodegas situada al otro lado del Puente Don Luis I, que bueno, si no visitáis las bodegas tampoco os perdéis mucho. Nosotras visitamos las Bodega do Cálem donde te cuentan un poco la historia de las bodegas, el proceso de elaboración de sus vinos y al finalizar la visita, nos dieron a probar dos de ellos: me quedo con el Oporto Lágrima Blanco.
Como dato importante; por fin he visto un ¡FADO! y de eso si que tenía ganas, además se dio de pura casualidad mientras subíamos hacía el monasterio Da Serra do Pilar para ver las vistas de Oporto desde lo más alto.
Subir hasta el monasterio nos llevó casi una hora andando pero es la mejor opción para poder ir viendo los rincones de Oporto y, sobre todo, perderte un poco para conocer la ciudad (como podéis ver en el vídeo, se puede subir en teleférico; 8 €). Las vistas desde el puente son impresionantes y desde el monasterio son todavía mejores.
¿Como nos movimos por Portugal?
Metro en Oporto: tarjetas recargables (1,10 € el sencillo). Nosotras solo cogimos el metro desde el aeropuerto hasta el alojamiento en la Av. de los Aliados, y para ello, utilizamos la tarjeta andante; metro, autobús y tranvía valida durante 24 horas.
Tren para ir a Aveiro-Guimarães-Coimbra : la estación más próxima es la estación San Bento. Nos desplazamos en trenes interurbanos para llegar a las tres ciudades y los precios oscilan entre los 4 /10 € por trayecto.
~ Aveiro, "la Venecia Portuguesa"~
" La duración es de 45 minutos por 5 € y vas con guía turístico (con idioma a elegir)."
Invertimos una mañana en visitar Aveiro pero después del trayecto en moliceiro, no había mucho más que ver. Pensamos que la mejor forma aprovechar el tiempo era ir a visitar Guimarães (y nos salió un día redondo), e intentar ver al menos la Igreja de nossa senhora consolação e santos passos Guimarães, el castillo y el Paço dos Duques de Branganza.
" Igreja de nossa senhora consolação e santos passos "
" Paço dos Duques de Branganza "
" Castillo de Guimarães o Viseu "
Pronto se hizo de noche y tuvimos que volver a la estación para regresar a Oporto. Pasamos una tarde tranquila en un entorno muy agradable pero, personalmente, me quedé con ganas de entrar dentro del castillo, del palacio, de la iglesia, pasear por las calles de Guimarães o comer algo por la zona.
~ Coimbra ~
El alojamiento, aunque estaba bien situado, estaba retirado de la universidad, una de las más importantes de Europa, ya que era lo que realmente estábamos buscando. Mientras subíamos, aprovechamos para fotografiar cada rincón y cada detalle, incluido el jardín botánico que nos encontramos de casualidad.
Laura Calvo
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